Lo que Ayrton Senna me dejó

Ha llegado otro 1ro. de mayo y para quienes amamos la Fórmula Uno y el automovilismo deportivo nos es imposible no pensar en Ayrton Senna y en el legado que nos dejó.

Más que los hechos fatídicos de aquel fin de semana donde también perdiera la vida Ronald Ratzenberger, me quedo con los días, meses y años anteriores que estuvieron cargados de emociones y en mi caso, de grandes enseñanzas.

Mis palabras pueden sonar triviales porque estamos muy acostumbrados a poner en gran nivel de influencia, a personas que trascienden por su nivel de popularidad, pero en este caso y aunque mucha gente no lo sepa, el trabajo, la actitud y el ejemplo de Ayrton van mucho más allá de las pistas.

No me lo crean, pero antes de Ayrton, la juventud brasileña solamente podía soñar con sus héroes (mayormente en las canchas de fútbol), sin tener la esperanza de un futuro mejor. En vida, Ayrton promovió el crecimiento de los chavos con programas que él mismo fondeó para que dejaran la pobreza de forma definitiva dándoles medios para estudiar. Ayrton no sólo les dio pescado, los enseñó a pescar.

Ayrton marcó la vida de mucha gente con su ejemplo. Fue un tipo que vino de abajo y que alcanzó grandes cosas gracias a su esfuerzo y dedicación. Supo reconocer que tenía un talento y lo puso a trabajar hasta su último aliento.

En alguna entrada seguramente les platiqué mi admiración por Alain Prost y lo mucho que me gustaba su estilo en las pistas, siempre bien colocado, todo bien medido y todo bajo control.

Todo bajo control hasta que Ayrton llegó a escena.

Senna - Prost McLaren Honda
Gran Premio de Japón 1989


Hoy, a la luz de los años veo que en la vida no podemos tener el control que quisiéramos sobre lo que nos rodea y también veo que tener a un rival que nos empuje y nos obligue a ir dando todo por la vida es lo mejor que nos puede pasar.

Anoche vi aquella memorable carrera en Suzuka del 89 cuando se dio aquel encontronazo entre Senna y Prost, donde el francés quedó fuera y el brasileño aunque ganó, fue descalificado por haber usado una salida para volver a la pista después de que los auxiliares le ayudaran a desenganchar su auto del de Prost.

Hoy no es difícil ver que Senna se arriesgó en el rebase por adentro y que Prost simplemente le cerró la puerta. Yo hubiera elegido otro lugar y otro momento para hacer esa maniobra, pero el hubiera no existe y tampoco manejo autos Fórmula 1.

El caso es que recuerdo con mucho coraje lo ocurrido, me pareció negligente e irresponsable de Ayrton ir a ese extremo y también consideré justificable que Prost haya perdido la serenidad y haya tomado el asunto en sus manos cerrándole la puerta.

Ahí aprendí que aunque tienes el mismo auto, usas el mismo uniforme y tienes un objetivo en común (el campeonato de constructores), tu compañero de equipo es un rival  más a vencer y tú sabrás qué tanto tienes hambre de lograr el objetivo o no.

En su tiempo, Senna era muy rápido, siempre empujando límites y corrigiendo con maestría cuando era necesario. Nadie en su sano juicio maneja un auto sin frenos... él lo hizo. Y bueno, aquí no señalo esto para invitar a alguien a que haga lo mismo en el sentido más literal, pero lo que sí aplaudo es esa capacidad para sobreponerse al miedo para ser llevado por el objetivo hasta la meta. Eso para mí, se llama PASIÓN.

Las reglas se crearon para darle una estructura a las cosas, pero si no se empujan los límites, las reglas hacen que todo se vuelva obsoleto y aburrido. Está muy padre el manejo limpio y caballeroso, pero también está padre ir más allá a ver qué pasa.

La vida no puede ser tan cuadrada y como de cualquier manera no sabes cuándo has de partir de este mundo, haz las cosas con pasión, anímate a ir más allá de lo que conoces. Puede que te encuentres con momentos que preferirás olvidar, momentos en los que sientas que el mundo está en tu contra, pero si no sigues adelante, no habrá nada que dejes de valor para los demás.

Comentarios